lunes, 1 de septiembre de 2014

La forrona

Narra el genial David Sánchez Juliao [1] que en su natal Lorica, "ciudad antigua y señorial, a orillas del río Sinú y sobre la Costa del Caribe"[2] vivía don Abraham Al Humor, árabe de origen –libanés que no es turco-, dueño de la tienda “Almacén El Barata”. Se trata de un viejo caserón de madera, almacén en el que don Abraham Al Humor –según la propaganda radial que él había grabado con su propia voz en “Radio Progreso de Córdoba: el progreso cubre a Lorica”- solo vendía ‘telas de la mejor marca, artículos para el hogar, y zapato ‘axtranjero’ importados por la Aduana o por Panamá’, muestra que ‘el progreso cubre también Al Líbano’ -en sus propias palabras- y donde, atendido por su propietario, sin discriminación, se atiende “igual al indio flojo, al negro pícaro o al blanco contrabandista”.

Y en cierta ocasión, teniendo tan solo 12 años –nos sigue contando David- él le pidió a don Abraham que le explicara la razón del nombre que había escogido para su almacén, sugiriéndole -a la vez- que debería llamarse  “El Baratillo” o “La Barata”. Y don Abraham le explicó: ”No, no, ninio Davidcito, tú astá muy ninio para entender esto. Es ‘Almacén El Barata’. Un barata, seniores que andan en el mar, en un barco, con un gancho en la mano y un barche en el ojo: barata”.

Sin querer entrar a dilucidar el porqué ‘don Abraham’ quiso llamar su tienda “El Pirata”, se me vino a la mente este relato, después de haber estado recientemente  unos días de descanso en un hermoso pueblo de Panamá. Estábamos prestos a salir a la playa para un viaje de avistamiento de ballenas -que por estas fechas se encuentran por estos lares y es un espectáculo digno de ver-y preguntándole a la guía sobre cómo íbamos a llegar al lugar de salida, nos dijo que la siguiéramos, que ella iba en “la forrona”, señalando hacia un lugar donde había varios vehículos estacionados.  Como me era desconocido esa clase de vehículo, le pregunté qué era una "forrona”, y, ‘medianamente’ molesta por no ‘distinguir’ su vehículo, me volvió a repetir: “la forrona negra” . Y bueno, observé, busqué algún tipo de camioneta o vehículo con una carpa (forro), hasta que se subió a una Toyota “four (4)-Runner”…

Y es que el lenguaje es complicado, la pronunciación es peor y el significado que se da a las palabras lo es más aún.

Hace algunos años por los lados del Bajo Magdalena (Colombia) me indicaban que para llegar a un pueblo que necesitaba visitar, yo debía ir a la orilla del río y “tomar una Johnson”. Por supuesto, desde hace muchos años por allá no había “Johnsons”, sino solamente “Yamahas” o “Suzukis”, pero igual, toda lancha sigue siendo una “Johnson” para ellos, la primera que entró…. Y eso en los pueblos costeros (o costeños, que llamamos los del altiplano), es más ‘jodido’ de entender aún.

Me acuerdo de una anécdota que me contó un compañero de trabajo hace algunos años: él era asesor de una Viceministra costeña, quién estaba rodeada de asesoras -por supuesto- costeñas, como es costumbre en Colombia. Un día estaban todas alborotadas, me narra mi amigo: tanto la Viceministra como sus asesoras andaban corriendo por todas partes, como un gallinero, perfumándose, echándose polvos y con el cepillo gigante del pelo enroscado en su cabellera -cual rulo- para fijar la capul. Estaban agitadas porque ese día iba Guyeque.  ¿Qué viene quién?, preguntó él. ¡GuyequeViene Guyeque!, le gritaban emocionadas. Y él apenas vino a entender  quién era el Guyeque que tenía esa capacidad de alborotar a las señoras y señoritas cuando vió entrar por la puerta a Guy Ecker, un famoso actor y galán de televisión.

Me acuerdo también de mi llegada a Panamá. Dentro de tanto nombre que uno tiene que aprenderse para poder moverse por la ciudad, me hablaban de la “Transísmica”… Trataba de encontrarle alguna significación. Al fin y al cabo acá puede haber vías con nombres –digamos- particulares: “Tumba Muerto”, por ejemplo. Me imaginaba que la “Transísimica” recorría alguna falla geológica, caracterizando así los sismos … Y no: es “Transístmica”, es decir, que recorre el istmo de Panamá… nada que ver con temblores que, por demás, por acá aparentemente no hay muchos… y fallas geológicas, menos.

Y claro, los términos se acuñan, se usan, se pronuncian con el olvido del tiempo. Esfuerzo me costó entender –ya que estoy hablando de Panamá- que acá no conocen el ‘icopor’. Mejor dicho, sí lo conocen, pero no así. Lo que para mí, durante toda mi vida era la caracterización mundana de un material -¿cómo así, no sabes qué es icopor? - resultó siendo que apenas acá vine a entender que icopor es solamente el poliestireno expandido producido por la Industria Colombiana de Porosos – Icopor...

Para finalizar: escuchando una cuña radial (no la del “Almacén don Abraham Al Humor,  atendido por su propietario”), sino de otra empresa, acá en Panamá, una turística, ésta ofrece en su cuña radial "el citisaizin, una nueva forma de conocer la ciudad"… Cuando la escuché por primera vez, mi mente empezó a construir un “city sizing”. Pensé en un dimensionamiento de ciudad, un esfuerzo premeditado de juntar coordenadas con hechos históricos para dar así las justas proporciones al entable urbanístico durante todo el recorrido. Y bueno: hoy ya sé que no se trata de eso, sino simplemente de un “city site seeing” … el barata, la forrona,

El idioma es complicado, su pronunciación lo es más. Buenas noches.



[2] Córdoba, Colombia

martes, 5 de agosto de 2014

Gobernanza


El dedo en la llaga lo puso Daniel Coronell. Su columna en la Revista Semana  “Gerentes y directores” [1] puso, de nuevo, el tema sobre el tapete: la separación de poderes. Afirma Coronell que “Hollman no está respetando la separación entre la administración y el contenido periodístico.” 

Y continúa diciendo dice que la salida de un director de un programa (Mauricio Arroyave) por su rumbo informativo fue influenciada por el área administrativa (Hollman Morris), sin respetar la independencia editorial y autonomía periodística.

Y sentencia Coronell:” La salida del periodista Mauricio Arroyave, director de El Primer Café del Canal Capital, evidenció –tristemente– que Hollman no está respetando la separación entre la administración y el contenido periodístico.”

Cosa complicada. No cuestiona Coronell las capacidades de quien es el Gerente del Canal (afirma que le consta lo buen periodista que es),  sino su aparente pretensión de querer guiar el rumbo informativo de los programas periodísticos del medio.

Y esto me lleva al cuestionamiento de esta columna: la gobernanza existente en nuestras organizaciones, sean públicas o privadas, con o sin ánimo de lucro. Eso mismo: La Gobernanza, con letras mayúsculas, como referente permanente de aquel dicho sencillo de “zapatero a tus zapatos”.

He tenido oportunidad de ver muchas organizaciones funcionando, operando, ejerciendo, haciendo “sus” cosas, diríamos. Y todas, siempre, se caracterizan, por una composición elemental: los “que mandan” y los “mandados”. En una organización medianamente constituida y de tamaño: el gerente y su(s) director(es).

El director y su equipo de trabajo son los técnicos, los que reúnen el conocimiento, el know how del negocio, la forma de hacer las cosas. Los gerentes, por su lado,  establecen las pautas, las metas. Son estos últimos los designados, en algunos casos constituidos en forma de cuerpos colegiados,  más amplios (derivados generalmente en forma de asambleas) para ser garantes que la misión institucional que se va a cumplir… mas no designados para decidir el “cómo” se va a cumplir la meta: eso le corresponde al Director y su equipo.

Existe mucha literatura sobre gobernanza. Muchas teorías y formas de describirla. Para mí, la forma más sencilla de entender la gobernanza es la siguiente:  es la sutil barrera que existe entre el gobierno y la operación de una institución. Pero, como buena práctica, para calificarlo de alguna manera, no se puede gobernar y operar al mismo tiempo. Sería ser Juez y parte simultáneamente. Y decidir y ejecutar al mismo tiempo, al menos en términos corporativos, siempre ha sido una mala práctica. Se pierde la garantía de la transparencia, el equilibrio en las decisiones.

Como bien lo dice Coronell, para el caso de los medios de comunicación, “esa frontera es la que garantiza que la información que reciba una comunidad no esté sesgada por las conveniencias comerciales –o políticas– de la empresa que las emite.”

Lo anterior es claro, o al menos debería serlo, en un contexto normal. Pero agrega Coronell un ingrediente adicional, fundamental a mi juicio, al decir que “el gerente es el gerente y el director es el director, sin importar cuál sea la profesión del gerente.”

Y es que todo este affaire se produjo, aparentemente, porque Gerente y Director tienen la misma profesión. Y ambos la dominan, son maestros en ella, según entiendo. Lo cual es muy bueno, pensaría uno. Y sí, sería muy bueno, si se aplicara la práctica de la buena gobernanza: “zapatero a tus zapatos”.

Puede que yo, como Gerente, sepa mucho (o hasta más) que el Director que nombré (o alguien “que nombré” –eso del “yo” o “me” es irrelevante-). Sí sé más, fabuloso, bienvenido, me ayudará seguramente a tomar decisiones más acertadas  en el momento de establecer las políticas, ejercer un mejor control político de lo que sucede en la organización… pero, de ahí a que me faculte a reemplazar al Director por discrepancias en la operación y empezar a operar las acciones directamente, ahí sí, falta mucho.

Es una lástima que como profesionales nos sintamos tan fácilmente seducidos de querer solucionar todo, de estar al frente de todo. Es nuestra naturaleza humana, pero no es lo deseable, ni bueno, ni útil. Ojalá Gerentes y Directores aprendamos a gerenciar y operar ecuánimemente, desde cada uno de los lados de la barrera, desde la óptica de cada cual, con las propias restricciones y limitaciones autoimpuestas. Por el bien organizacional, por el bien y en desarrollo de lo que nos comprometimos a hacer, cada uno, desde su frontera.


 

jueves, 31 de julio de 2014

La paradoja de Pedro


Creyera que en muchos países existe una versión similar del famoso chiste en donde al inicio de la creación del universo están reunidos los ángeles con ‘dios’, acompañándolo en su distribución de las riquezas del mundo.

Y se aterran (los ángeles) que a UN SOLO país (supongamos que es el suyo, amigo lector) dios, a entender de los ángeles, de manera preferente y arbitraria, le concede de todo: riquezas minerales, diversidad climática, todo tipo de fauna, flora, frutas y cultivos, minerales por doquier, acceso al mar y al agua sin límites, todo tipo de pisos térmicos, en fin , maravillas eternas.

Todo esto, tanta injusticia, mientras que a otros países –apenas- les da una migaja de una u otra cosa.

Y por ello, los ángeles escandalizados le preguntan -cuasi recriminan- a dios: ¿Cómo Señor? ¿Cómo es posible que a ESE país (de nuevo, supongamos, que es el suyo, amigo lector), se le dé de todo, habiendo tantos otros sin esas ventajas concedidas, habiendo tanta injusticia con otros? ¿Por qué tanto favoritismo?

Y ‘Dios’, finalmente -un poco exasperado, ante tanto cuestionamiento, - le increpa a sus ángeles diciendo: “¡Esperen! ¡Esperen a ver esta clase de dirigentes que voy a poner en ese país!”  (En algunas versiones hay un “HP” metido por ahí, antes de dirigentes, pero no me consta…)

Bueno, como quiera que sea, con o sin “HP”, parece que el chiste dejó de serlo: Colombia se está inundando en aguas en una mitad de su territorio nacional, mientras que la otra padece de sed.  Y mucha sed…

Hace unos diez años asistí a una conferencia en la que un señor (Pedro, para sus amigos) nos exponía las maravillas que tenía Colombia: todo un ranking alrededor de todo lo que se tenia en biodiversidad, minerales, fauna y flora, mejor dicho, campeones de la creación, algo para llenar un álbum de “panini” y nos sobran “figuritas”…  …o, por el contrario, un error de la “matrix”, me gustaría pensar a mí.

Porque lo de la clase de dirigentes resultó ser verdad y la devastación en nombre del progreso es increíble. Y si el “progreso” que devasta no logró su causa, pues el “retroceso” (¿ELN, FARC?) se encargan de rematar. ¿Diez años después dónde seguimos?

Es triste ver como seguimos siendo depredadores del medio que nos alimenta… como algunos intereses de minorías –ignorados por las mayorías- “simplemente” acaban con estas maravillas. Triste ver como, un amigo como “Pedro” (y el resto de los colombianos), pierde su batalla… Igual, yo creo en Colombia y sé que se va a lograr el cambio... si todos queremos, claro está.

viernes, 25 de julio de 2014

Latinoamérica: El bono demográfico se está acabando

Es una realidad: lo que hasta hace algunos años era una bendición, hoy se está acabando lentamente en nuestra región. En algunos países más pronto, en otros da un margen ligeramente mayor, pero todos inevitablemente navegan hacia el fin del bono demográfico.

¿Pero qué es exactamente el bono demográfico y qué implicaciones tiene que se acabe? El Fondo de Población de las Naciones Unidas lo define como “aquella situación en la cual la proporción de personas en edades productivas crece de manera sostenida respecto a la proporción de personas en edades potencialmente inactivas (menores de 15 y mayores de 60 años) [1]. Dicho de una manera escueta: son más las personas que producen económicamente que las que dependen económicamente de ellas. Y en este último grupo (los económicamente inactivos) se consideran los menores de 15 quienes –idealmente- no deben estar trabajando y estar dedicados a su educación y, también, a los adultos mayores, quienes debería estar cubiertos por un sistema pensional.

Para hacernos una idea de cómo se encuentra la situación proyectada en América Latina y El Caribe, observemos la siguiente gráfica [2]

La tendencia es clara: alrededor del año 2020 casi todos los países han llegado  a una situación en la cual el porcentaje de jóvenes (15-29 años) no aumenta más con respecto al resto de la población. Y esto, a su vez, conduce a que la pirámide poblacional cada vez es menos pirámide, y se  parece más a una nevera.

Las implicaciones de ello son evidentes: cada vez más personas dependerán económicamente de otras, o dicho de una forma distinta: aquellos que son económicamente activos van a tener que generar cada vez más riqueza para que el sistema sea capaz de sostener a aquellos que son económicamente inactivos.

Lo anterior, tiene serias implicaciones para la sostenibilidad a futuro de cualquier sistema pensional y de seguridad social, y, en esencia, de la “viabilidad” de una país. El reto será el de no tener que incrementar de manera indiscriminada (y a la larga insostenible) las cargas impositivas a la población, sino el efectuar desde ya fuertes inversiones en las formulaciones de políticas de juventud, que garanticen la expansión de las oportunidades y capacidades de los jóvenes para enfrentar este escenario. 


* * *
Corolario

Lo anterior representa grandes desafíos para los países latinoamericanos. No obstante, a manera de ejemplo: en el año 2004 el Programa Presidencial Colombia contrató y publicó una serie de investigaciones dentro del contexto de una gran iniciativa multisectorial llamada Sistema Nacional de la Situación y Prospectiva de la Niñez y Juventud en Colombia - SIJU: (www.siju.gov.co) y de la cual, al día de hoy, no queda rastro alguno. Y sus investigaciones, cifras y registros que, por demás, costaron varios cientos de millones de pesos, no las he podido encontrar en internet. ¿Qué pasó con ese sistema? Ni idea. Como tantas cosas, “simplemente” desapareció. O quizás mutó a otra forma, puede ser. Pero bueno, ese es otro tema, quizás para otra nota.

Lo importante es que dentro de esas investigaciones (tres fundamentales, al menos) se proyectaba claramente la catástrofe, no solo en pensiones, sino también en salud, educación, empleo y emprendimiento que se avecina si no se toman correctivos oportunos. Y claro, la juventud es el centro de las mismas, no solo por ser materia de ese programa presidencial, sino, precisamente, por ese “pequeño detalle” de que los jóvenes de hoy son los que tienen que “sostener” la economía en el mañana.

Y, sin abordar, en el aquí y en el ahora, así sea diez años después, medidas contundentes y creativas en los temas de fondo que pueden cambiar el rumbo y mejorarlo, el pronóstico, como dirían los médicos, es bastante reservado.




[2] JUVENTUD, POBLACIÓN Y DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE - Problemas, oportunidades y desafíos.  CENTRO LATINOAMERICANO DE DEMOGRAFÍA (CELADE); DIVISIÓN DE POBLACIÓN COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL); PROYECTO REGIONAL DE POBLACIÓN CELADE/FNUAP (FONDO DE POBLACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS). Santiago de Chile, 2000. P.53, II. Dinámica de la población y juventud.