lunes, 13 de diciembre de 2010

La sociedad de los voluntarios muertos…

Estoy impresionado, por no decir aterrado. En menos de un mes he tenido la oportunidad de leer seis documentos distintos, pero todos con un denominador común: vacíos conceptuales de fondo, muy de fondo…

“Y bueno” - dirán algunos- “eso es normal: no todo lo que se escribe sirve”… Pero a mi me sigue alarmando.

¿Por qué?

Sencilla y llanamente porque todos los escritos a los que estoy haciendo referencia provienen de un grupo de adultos pertenecientes a una misma organización voluntaria y, tristemente, desempeñan funciones en diferentes niveles de la estructura -desde la base hasta la punta- y, además, ostentan –presuntamente- diferentes niveles de preparación para haber llegado a los mismos.

“Pero bueno” –dirán, de nuevo, algunos- “al fin y al cabo son voluntarios, no puedes esperar grandes obras literarias, ya que dan de su tiempo, trabajo y talento [1] de buena gana e intención para escribir y hacer las cosas”.

Y tienen razón –quizás- los que piensen así. Pero nadie espera grandes obras literarias, ni excesivo talento, pero algo de conocimiento básico en el oficio que pretenden desempeñar.

¿Ser voluntario lo habilita a uno para escribir y hacer cualquier cosa, bajo ese pretexto? He ahí la pregunta. “Es que no hay muchos voluntarios y no se puede exigir demasiado”, es una respuesta común en este caso en las organizaciones. Y vaya que pueden tener razón…lo explica, pero no lo justifica

No justifica, bajo ninguna circunstancia que, quienes estén ejerciendo acciones voluntarias, lo hagan de cualquier forma. Es garrafal e imperdonable: con ellos mismos y con la organización que representan o, al menos, en cuyo nombre actúan.

¿Cuál puede ser el origen de esto? Muchas veces me lo he preguntado. Se me vienen a la mente dos posibles respuestas (problemas) [2]:

  • Los voluntarios no sienten y reflejan como propios los valores y métodos institucionales. (Causas primarias para ello: falta de documentación institucional adecuada; inapropiados procesos de inducción y formación; inapropiada motivación de los voluntarios [3])
  • Los voluntarios no son los requeridos para la organización. (Causa primaria para ello: no se establecen, verifican y aplican perfiles adecuados. Causa secundaria: la formación de las personas en sus ámbitos personales y profesionales es insuficiente)

Y bueno. Para la organización en cuestión: puede que haya un poco del primero, pero considero que se trata, especialmente, del segundo caso. La lógica del voluntariado en Colombia –infortunadamente- conduce a que cualquier persona es buena, simplemente por el hecho de que hay déficit de voluntarios.

Y ahí es -de nuevo- donde uno tiene que leer las barbaridades que producen, en su tiempo libre; con su trabajo errado y su talento insuficiente…

¿Cómo atacar –o resolver- el problema? Mmmh… ¿se deberán efectuar cambios estructurales? - Por supuesto. Pero lo más importante: encontrar y tener la berraquera para enfrentar el segundo problema (calidad y perfiles de los voluntarios). ¿Duele? - Seguramente, y de manera particular le dolerá a los mediocres, a los que sobran . ¿Es popular? - De seguro que no: estas organizaciones viven -¿o sobreviven?- gracias a su afán de mantener la popularidad de sus integrantes –paquidérmicamente- y rara vez, en su conjunto, reconocen los procesos reales de cambio.

Perversamente, el líder que se aleje de ese concepto de "mantener y reconocer" a los no idóneos será marcartizado… y anulado... y así tendremos que seguir leyendo las barbaridades a las que me refería. Es una sociedad de voluntarios muertos, de gentes y gentiles sin calificar, de mediocres, de comités pomposos que nada saben, pero sostienen sus estructuras paquidérmicas…

¡Lástima, de verdad! Porque creo que en el campo del voluntariado se pueden hacer muchas cosas… pero bien hechas… sin tener que leer tanta barbaridad, sino con un espíritu real de querer y poder hacer cosas buenas y bien hechas …

[1] definición de voluntario, según la ley 720 de 2001- véase la nota relacionada http://saposylacayos.blogspot.com/2010/12/entre-voluntarios-y-muchachitas-para.html
[2] aplicando la lógica del “árbol de problemas y objetivos”, conforme a un concepto claro de planeación estratégica …
[3] véase de nuevo la referida nota http://saposylacayos.blogspot.com/2010/12/entre-voluntarios-y-muchachitas-para.html


2 comentarios:

  1. HABLANDO DE VOLUNTARIADO



    Con frecuencia uno se encuentra con ilusiones y desilusiones en la vida; muchas de ellas uno se las crea por lo que hace y deja de hacer y en otras ocasiones por lo que recibe del entorno.



    Trato de entender dicha frustración en el sentido del artículo que está en la siguiente dirección http://saposylacayos.blogspot.com/2010/12/la-sociedad-de-los-voluntarios-muertos.html. Aunque no se menciona la organización creo saber cuál es la entidad ha que se hace referencia. Pero también creo que ello sucede en esa organización y en todas en las que los procesos son desarrollados por seres humanos. De pronto el problema no está totalmente en lo que viene de afuera si no de lo que hay adentro del individuo. Con frecuencia las personas trazan metas en la vida y dependiendo del perfil de cada uno, estas podrán ser normales para el que las fija pero demasiado ambiciosas para los demás. A veces la vara con la que uno se mide y se exige no es la misma vara promedio con las que los demás se miran y se exigen, sencillamente es que algunas personas tienen un nivel de exigencia más alto que la del promedio de las personas. Gran dilema cuando un facilitador de procesos quiere imponer su vara personal de exigencia a los demás, para evaluar su gestión. Es por esta razón que hay patrones estándar de evaluación.



    Con frecuencia me he topado con experiencias de vida docente y empresarial, que me han aportado frustraciones por la variable señalada. He tenido oportunidad de conocer mentes brillantes desperdiciadas y frustradas por la decepción, al tener que interactuar con un medio que es relativamente inferior en sus capacidades. Pero también me pregunto, si esta no es una limitación del individuo que no es capaz de tomar y potenciar lo mejor de sus discípulos, o dirigidos, independientemente de que estos no sean de la altura mental de quien lidera el proceso?. Me parece que el éxito del maestro no está en su capacidad de manejo del conocimiento, sido en la habilidad que desarrolla para que los alumnos potencialicen las suyas y las exploten a favor de la comunidad; es ahí cuando se logra un verdadero efecto multiplicador. De lo contrario siempre tendremos un facilitador estrella, que solamente brillará hasta que su combustible se acabe.



    De ninguna manera justifico la mediocridad, pero esta puede ser un criterio subjetivo al albedrio de quien la mire. Estoy seguro que si tenemos parámetros estándar de medición y estos son seleccionados con suficiente celo y tino para que en ellos encajen los perfiles que las organizaciones necesitan, no tendríamos que estar escribiendo o leyendo el artículo señalado. Ello no quiere decir que estoy en desacuerdo con su contenido; al menos en lo que respecta al compromiso de calidad que debemos entregar los voluntarios a la organización a la que pertenecemos; mas no coincido con la descalificación de las personas, sin antes haber dado una buena batalla en la estandarización de proceso y haber brindado la oportunidad para que cada quien desarrolle sus potencialidades y aporte lo mejor de sí.



    Feliz Navidad a todos

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  2. hola rbolanos... efectivamente coincido con algunas de tus apreciaciones... pero en efecto, en mi artículo hablo es del conocimiento referido a las "bases", es decir, el mero "ABC"... como digo en otros espacios: la "m" con la "a" da "ma" .. .... por supuesto, es un gran handicap que tienen las organizaciones voluntarias ... entonces, no estoy descalificando personas "porque sí", sino más bien critico el hecho de que los voluntarios -presuntamente preparados- no conozcan las bases minimas de una organización... esto conduce a que difícilmente puedan actuar adecuadamente al interior de las mismas...
    gracias por tu reflexión

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